“Aunque la higuera no echa yemas y las viñas no tienen fruto, aunque el olivo olvida su aceituna y los campos no dan cosechas, aunque se acaban las ovejas del redil y no quedan vacas en el establo, yo exultaré con el Señor, me gloriaré en Dios mi salvador.” (Hab 3, 17).

 

El profeta Habacuc pone palabras a nuestra oración en el inicio de un nuevo año litúrgico. El Adviento nos trae siempre la paradójica alegría de que, al fin, todo lo pasajero se destruya, todo lo creado se transforme, y se produzca el cumplimiento pleno de todas las promesas, con el retorno del Rey.

 

Nada ñoño ni pueril es el Adviento de los cristianos, tan distinto del que llena de luces artificiales las calles del mundo en estas fechas. Nuestra alegría no es comprar y gastar para vivir mejor aquí, condenándonos a la insatisfacción permanente de regalos que se hacen viejos y obsoletos cada vez más pronto.

 

Impresionados por la obra del que siempre viene, incluso desde acontecimientos desconcertantes, en medio de cualquier “terremoto” existencial, nos llena de gozo su misericordia, porque -en toda circunstancia- es el Señor el que sale a nuestro encuentro para salvarnos, despegándonos de este mundo, y haciéndonos capaces de caminar por las alturas.

 

Por eso, aunque siga cayendo la noche sobre el mundo, y ya nadie vea ni torta de hacia donde va la historia; aunque, mientras aumentan los mártires en Oriente, el cristianismo siga menguando en la vieja Europa, y los templos y conventos continúen vaciándose; precisamente porque la civilización occidental precipita su declive, mientras los políticos de visión cortoplacista sueñan con que España se desmembre unos años después y sus votantes sigan considerando esto un mal menor…, nosotros, los que le esperamos a Él, alcemos nuestra cabeza agradecidos por el negro porvenir y martirial que nos aguarda,… pues no existe esperanza más maravillosa que saber que, al final de todas las cosas, como extraordinaria eucatástrofe de la Historia, está Él, cuyo resplandor eclipsa el Cielo e impregna todo de su alabanza.

¡Dichosos nosotros, si estamos dispuestos y preparados para salir a su encuentro!

Antonio Izquierdo
Párroco de San José obrero

Horario de misas

Día 1 de noviembre (Solemnidad de Todos los Santos):
– 10:00 h.
– 11:30 h.
– 13:00 h.
– 19:30 h.

Día 2 de noviembre (conmemoración de todos los fieles difuntos):
– 10:00 h.
– 19:30 h.
– 20:30 h.

¿Qué es Holywins?

La iniciativa nació en la diócesis de París en el año 2002.

“Holywins” es un juego de palabras que significa “la santidad vence”. La similitud fonética con la palabra “Halloween” no es casual, pues Holywins tiene la pretensión de ayudar a reforzar la fiesta cristiana de Todos los Santos, ante el eclipse cada vez mayor que está sufriendo por la potente implantación de la fiesta pagana de Halloween.

Aunque «Halloween» significa «vispera de Todos los Santos», actualmente esta celebración no tiene ninguna relación con la fe cristiana. Por el contrario, su forma de plantear la vida y la muerte, el bien y el mal, son completamente distintas a las del Evangelio de Cristo y a la Tradición de su Iglesia. Por eso, los católicos queremos devolver a este día su verdadero sentido y celebrar a todos aquellos que siguieron heroicamente a Jesucristo, con una luminosa fiesta de Todos los Santos que desborde alegría y esperanza.

No pretendemos ir contra Halloween, pero tampoco queremos compartir el culto a la muerte y la exaltación de lo monstruoso o feo que trae consigo, pues lo propio de los cristianos es celebrar el triunfo de la vida y promover la belleza y el bien.

Por ello, frente a los disfraces de los muertos vivientes que llenan las calles de las ciudades los 31 de octubre, cada vez son más las diócesis que se suman a la celebración de Holywins para transmitir un mismo mensaje: la vida es hermosa y su meta es el Cielo, son muchos los que ya han llegado y todos estamos llamados a compartir su felicidad, pues todos podemos ser santos.

Nuestra parroquia se une a esta iniciativa desde el año 2016, y este año también lo haremos, con el siguiente horario:

  • 17:00 h. Acogida de los niños y adolescentes vestidos de santos.
  • 17:00 h.  – 19:00 h. Juegos infantiles en grupos adaptados, por edades.
  • 19:30 h. Solemne celebración eucarística, en la víspera de Todos los Santos.
  • 20:30 h. Exposición del Santísimo Sacramento. Envío de voluntarios misioneros, de dos en dos, para anunciar el amor y la belleza de la Santidad por las calles de Móstoles.
  • 23:00 h. Puesta en común de las experiencias, para dar gracias al Único Santo entre todos los santos.
  • 24:00 h. Bendición y reserva.